El presidente de Feve, Ángel Villalba se sentó ayer con el Ministro de Fomento, Jósé Blanco, convencido de que la integración de Feve y el tranvía de León son ajenos a los recortes. «No hay ningún trabajo interno en el ministerio que afecte o tenga que ver con las inversiones de cada una de las empresas. Lo que sabemos es que los proyectos caminan y deben hacerlo con agilidad, eficacia y respetando el calendario que dimos a conocer. Estamos cumpliendo escrupulosamente cada uno de los plazos contenidos en el convenio.
El ministerio con Feve presenta dos ámbitos diferentes, el primero afecta tan sólo a la compañía, que pretende convertir el trazado desde Guardo hasta León en un gran corredor para el tren-tram: el vehículo que en los núcleos urbanos se comporta como un tranvía, y en vía abierta se embarca en velocidades de itinerario ferroviario. Esta actuación, que empieza por adecuar los andenes a las alturas de apertura de las puertas (35 cm sobre cabeza de carril, funcionará con la alimentación diésel-eléctrica en un primer estadio, pero de manera paulatina, dado que «cada 20 kilómetros suponen 10 millones de inversión», convertirá todo el itinerario en catenaria con fuerza motriz eléctrica en el plazo de «entre 8 y 10 años», como emplazó Villalba, quien reseñó que en estos momentos «ya se encuentran en fase de adjudicación, previa a su construcción, 4 trenes-tram».
Al compartir ancho métrico, pero independiente será el tranvía urbano, que será explotado por una sociedad en la que compartirá titularidad al 50% Feve y el Ayuntamiento, de inicio, aunque Villalba avanzó que se está «abierto a la entrada de otros accionistas que aporten capital, inversión y riesgo». «Hay empresas potentes con las que ya hay contactos, que quieren sumarse», dejó entrever el presidente de la compañía.
